Feliz de Perder

Cuando conocí a Bukowski me volví loco. Porque hasta entonces había estado inmerso en todo lo que el colegio y la enseñanza chilena recomendaba, leáse, Narrativa Latinoamericana, como realismo mágico – que como genero creo que solo es equivalente a Marquez, los demás son sombras y reverberaciones de Macondo- narrativa y poética chilena – sobre valorada al extremo, con Neruda casi como único exponente de una poesía que ya no mueve ni eriza ningún pelo.... a lo más sirve pa’l 14 de febrero ya pa’ que se entretuvieran los Jaivas entre pito y pito - y uno que otro libro blanquito.
Nunca tuve muchas mone’as para libros, ni pa ná en realidad, pero siempre mi madre se las arregló para que leyéramos, y lo hicimos, mucha de esa colección de revista facha en la epoca de los 80 “Grandes de la literatura Española” de Ercilla, o de la Qué Pasa, etc, o de Best sellers, además de una buena colección de libros usados que llegaban en buena cantidad; todos estos librillos se iban sumando en el lúgubre estante de nuestra casita, siempre había libros, buenos y malos.
Cuando entré a la U, comencé leyendo a Fuguet, Sobredosis, y pensaba que Fuguet estaba cerca de lo que buscaba, leí a Fuguet casi con desesperación, Por favor rebobinar, mi favorito, luego se me cayó al abismo cuando leí a Bret Easton Ellis, con Menos que cero, que es la versión original de Mala Onda, bueno fuguet empleó colores de la paleta de Bukowski como después me enteraría en una reciente entrevista en el Via X, bien por confesarlo Fuguet, volví a confiar en ti, tal vez vea tu película.
Pero cuando comencé con Bukowski fue distinto, aún con los modismos de la lengua española zangoloteando en cada párrafo, fui creyendo en cada palabra de este viejo maldito, no estaba acostumbrado a que me mostraran la vida tal cual es, y sin grandes proezas y con más perdi’as que ganadas. Perder con Chinaski es un gusto, mandar un trabajo a la mierda y beberse el trabajo de una semana era la antitesis de los “heroes” tradicionales , para muchos estas cosas resultan aburridas y superfluas, negativamente influenciadoras, etc. pero el fondo a mi entender es el hecho de ensalzar a los desconocidos de siempre, los tipos que están sumidos en un bar de mala muerte, los vagos que fueron empresarios, los eruditos que se vuelven locos, perdedores de todo tipo y calaña. No había mejor manera de representarlo. Cuando me acerque a Heminghway y a Henry Miller completé el trio de viejos miserables y malditamente perdedores cada uno con sus estilos bien definidos, creo que eso me ayudo a entender que perder nunca fue malo, que ser el peor tampoco, que tratar de ser exitoso en este sistema es más basura que la basura que fumo, y que si llego a menos de 15 visitas en el blogg por este post me perderé un asa’o... pero seguiré “Feliz de Perder” .....
Nunca tuve muchas mone’as para libros, ni pa ná en realidad, pero siempre mi madre se las arregló para que leyéramos, y lo hicimos, mucha de esa colección de revista facha en la epoca de los 80 “Grandes de la literatura Española” de Ercilla, o de la Qué Pasa, etc, o de Best sellers, además de una buena colección de libros usados que llegaban en buena cantidad; todos estos librillos se iban sumando en el lúgubre estante de nuestra casita, siempre había libros, buenos y malos.
Cuando entré a la U, comencé leyendo a Fuguet, Sobredosis, y pensaba que Fuguet estaba cerca de lo que buscaba, leí a Fuguet casi con desesperación, Por favor rebobinar, mi favorito, luego se me cayó al abismo cuando leí a Bret Easton Ellis, con Menos que cero, que es la versión original de Mala Onda, bueno fuguet empleó colores de la paleta de Bukowski como después me enteraría en una reciente entrevista en el Via X, bien por confesarlo Fuguet, volví a confiar en ti, tal vez vea tu película.
Pero cuando comencé con Bukowski fue distinto, aún con los modismos de la lengua española zangoloteando en cada párrafo, fui creyendo en cada palabra de este viejo maldito, no estaba acostumbrado a que me mostraran la vida tal cual es, y sin grandes proezas y con más perdi’as que ganadas. Perder con Chinaski es un gusto, mandar un trabajo a la mierda y beberse el trabajo de una semana era la antitesis de los “heroes” tradicionales , para muchos estas cosas resultan aburridas y superfluas, negativamente influenciadoras, etc. pero el fondo a mi entender es el hecho de ensalzar a los desconocidos de siempre, los tipos que están sumidos en un bar de mala muerte, los vagos que fueron empresarios, los eruditos que se vuelven locos, perdedores de todo tipo y calaña. No había mejor manera de representarlo. Cuando me acerque a Heminghway y a Henry Miller completé el trio de viejos miserables y malditamente perdedores cada uno con sus estilos bien definidos, creo que eso me ayudo a entender que perder nunca fue malo, que ser el peor tampoco, que tratar de ser exitoso en este sistema es más basura que la basura que fumo, y que si llego a menos de 15 visitas en el blogg por este post me perderé un asa’o... pero seguiré “Feliz de Perder” .....