La Senda del Perdedor

A veces pienso que la vida da algunas oportunidades, que las veo pasar sin pestañear, mientras me tomo un trago.

viernes, febrero 22, 2008

Santiago de Chile


Cada vez que el tiempo se va alargando, estirando, cayéndose, resbalándose como helado por el borde del cono de galleta, desde mi escape de Santiago, es que he venido sintiendo, una cierta nostalgia por aquella ciudad de mierda.

Al principio en la capital un deseo incontenible por el sur lo inundaba todo, mi pensamiento, mi cuerpo y mi alma.

Detestaba el deambular por esa masa gigantesca de gentes malhabladas, sopaipillas negras, mote mal cocido y calles cortadas.

Por eso me volví.

Al principio en Conce las cosas fueron como se esperaban, trabajo, amabilidad, familia, comida lenta y sabrosa, todo nice o de lux como dirían los rockeros tinteros de la “escena”local.

La vida en provincia es aburrida, aunque Concepción cada vez se transforma en una metrópolis inmensa, pero coherente, es la diferencia con Santiago, crece a pasos lentos pero me da la impresión que mucho mejor, pero sigue siendo una hermosa pero aburrida provincia.

Muchas de las comunas de Conce carecen de actividad nocturna segura, de eventos culturales y artísticos de calidad, cosa que empezaba a exasperar a un curahuilla bohemio como yo.

Por ejemplo muchas bandas foráneas tocaban en Santiago y nada para provincia, a esa altura me empezaba a inquietar, pero eso si, comiéndome un manhatann asi que no era para tanto. Por un rato.

Cuando aparecieron por casualidad Weichafe por el teatro concepción con unos 50 pelagatos me di cuenta de que algo andaba mal, de que Conce por muy ciudad rockera que se dice está muy lejos de todos aún y por un lado su identidad y su tendencia media elitista, media soberbia, media cultural, no alcanzaba a calentar el ambiente, ni siquiera a entibiarlo, donde esta el Seatle, o el Liverpool de Chile???, muchos medios, nada de graves y agudos.

En santiago me encontré con muchos engrupidos – tal vez como yo - , muchos rockeros de provincia exiliados en Santiago, que dicho sea de paso, se convirtió en el mejor caldo de cultivo para ellos, encontré mucha pasión, un poquito encausada y mediática, pero real, porque los conciertos de weichafe se llenaban y se sentía algo en las venas y en el corazón, y además muchos de los artistas extranjeros aparecian y siguen apareciendo en Santiago, hasta Yann Tiersen aterrizó en Santiago para deleite de unos cuantos. A mi me llegaban estas noticias mientras me llenaba la guata de pilseners en el boliche del alvaro en las callecitas de Chiguayante como nuevas de otro pais.

Por eso en dias en que mi cuerpo y alma adolecen los lentos movimientos de provincia, de la suavidad de los vecinos, de las horas escurriéndose en los semáforos, mis piernas, y mi alma reclaman ciertas calles caminadas a obscuras y a tambaleos, las sucias calles de Santiago.