La Senda del Perdedor

A veces pienso que la vida da algunas oportunidades, que las veo pasar sin pestañear, mientras me tomo un trago.

sábado, marzo 08, 2008

Games


En la escuela perseguía a Jessica jugando al paquito libre, mi corazoncito de niño casi se me desencajaba cuando podía “capturarla” y llevarla a la capacha orgulloso, sus ojitos azules me miraban con picardía e inocencia infantil, mis manos agarraban con fuerza el tirante del delantal a cuadrilles azul para que no se me escapara, era feliz.

Nos tomábamos las manos como una ronda, pero era una línea de niños, la idea era capturar a incautos e incautas, era como una gran masa atrapadora de niños y niñas, se llamaba algo así como el matamoscas, era un trabajo de equipo, difícil de controlar, uno de los compañeros dirigía la masa móvil de niños.

Esta vez tengo la tiña me siento enfermo y me pica el cuerpo, pero el remedio es fácil: alcanzar a Jessica y aunque la quiero, la amo, y me casaría con ella, tengo que pasarle la tiña para liberarme y pasar de cazador a presa cuando ella esté con la tiña y corra tras de mi.

Ahora mi cabeza esta en el trasero de un compañero agachados y mi trasero se conecta con otra cabecita para formar el mas fuerte caballo de bronce, y el niño "palo" que sujeta con riendas de acero a este animal hecho de niños; el equipo rival se lanza hábilmente a las conexiones más débiles de este animalejo, las cabezas, para tratar de desestabilizar y dañar la estructura, el peso y los enviones son las armas, pero el caballo debe resistir, sino, repites los embates, juego duro pero entretenido.

Una pelota de la mejor calidad hecha de papeles de cuaderno, scotch , y bolsas plásticas generaba la “chorita patá” (en santiago le llaman “hoyito patá”) o pichangas antes de entrar a clases o en el recreo.

La chorita patá era una mezcla de habilidad y miedo, si la pelota cruzaba tus par de piernas con los pies bien posados en el piso el cobro era inmediato, y el miedo se instalaba en tu mente porque las patadas eran violentas a no ser que te tocara un amigo, cuento aparte era cuando tenías que saldar alguna cuenta con algún molestoso compañero ahí el ejercicio de levantar la pierna y encajar el tato en el trasero podía dejar en lagrimas a nuestro rival. Gran juego. Emocionante.

Y tantos juegos más.

Me acuerdo de eso mientras cargo el juego, y la memory card me deja justo donde lo dejé la última vez.

Me encuentro solo. La tele, el play y un joystick que vibra....

Donde estará la Jessica? Y el viejo caballo de bronce?