La Senda del Perdedor

A veces pienso que la vida da algunas oportunidades, que las veo pasar sin pestañear, mientras me tomo un trago.

domingo, abril 30, 2006

Saldando Cuentas.


Había algo de viento y estaba oscuro. Tenía frío por los nervios. Caminé al Astoria a comprar una petaca de Pisco Sour y un Lucky, quería que se me pasara luego el nudo en el estomago.
Atravesé la avenida y me senté en uno de esos lúgubres banquitos de la plaza a beber unos sorbos junto a los árboles. Algunas hojas bailaban en el suelo y se me iluminaba la cara con el encendedor y el humo se iba mezclando con la noche y la neblina triste que había en el ambiente.
Mientras se me helaba el trasero en el banquito miraba como la gente iba haciendo fila en las afueras del teatro, los típicos gueones gritones y taquillas con sus amigos y amigas gritonas que apestaban, otros más que hacían la fila esperando entrar luego con la mezcla perversa de tristeza, emoción y alegría.
Mientras le daba un par de pitadas al lucky me acordaba de las tantas veces que fui a ver y escuchar a Los Tres en vivo, fueron las suficientes para darme cuenta que iba a pasar mucho tiempo escuchando la voz gangosa del Alvaro, la guitarra eximia del Angel , el contrabajo con olor a farra del Titae y la bateria misteriosa y maldita del Pancho en sus discos.
En casi todas las presentaciones salía con la idea de que había presenciado a músicos de verdad, de gente que si disfrutaba con lo que hacía y que realmente tenían actitud rockera displicente y desenfadada.

Me fui entristeciendo. Los discos me rebotaban en el corazón. Cuantas veces cantamos con mis amigos “he barrido el sol”?? mientras el mundo se iba mostrando claro y dulce cuando comenzabamos a conocer los excesos en esas noches perdidas de juerga. Cuantas veces escuchamos el FOME, mi favorito, y mil años después en Santiago me entristecí de nuevo por ese pensamiento nostálgico en ese banco escuchando La Sangre en el Cuerpo….todo era un revoltijo, presente y futuro con una banda de miserables que me dejaban, se acabaron las pilas, se acabó el copete, se acabó el carrete, ya no hay más canciones.

Mientras cantaba quizás por última vez con las voces de todos, muchos de los gritones de la entrada talvez, y muchos de los que como yo vivían un momento demasiado intenso y magico para romperlo, todo se iba cerrando, terminando , ya no iban más Los Tres se despedían, ponían el Freno de Mano, y mientras el Alvaro se reia de mi “ Me arrendé una vida / para matar a la antigua/ no espere a que naciera / le di toda mi sangre verdadera”….

Por eso ahora 2 mil años después, resucita el banquito, la plaza, la petaca y ese loco cabizbajo que esperaba el funeral de su banda favorita. Resucitamos todos los que hicimos nuestra banda sonora de perdedores con Amor Violento, y nos enamoramos y luego sufrimos…. Me Rompió el Corazón, resucitamos con la banda, aunque ya no volvió Pancho, no quiero saber porque. Solo quiero que se me anude el estomago cuando esté haciendo la fila para entrar a verlos, a cantar y decirles gracias, gracias por volver.